Silvio Paredes: “Electrodomésticos cambió para siempre nuestras vidas”

El licenciado en bellas artes dice que la escena actual dista un mundo del panorama que debieron sortear a mediados de los años 80 cuando, con Carlos Cabezas, dieron vida a un proyecto con sonoridades inéditas en el país.

Electrodomesticos

Por Ana Bustamante.

Aunque extraña lo que ocurría a mediados de los años 80 en espacios como el desaparecido Garaje de Matucana 19, “donde se podía apreciar un arte más jugado”, Silvio Paredes lee con optimismo lo que sucede en la música chilena actual. El eterno socio de Carlos Cabezas en Electrodomésticos observa una sostenida profesionalización e internacionalización de la actividad, en la que los Electro tienen todo por decir, ya que, mal que mal, “este proyecto cambió nuestras vidas para siempre”.

-Electrodomésticos partió en plena dictadura, con una escena del arte muy diferente en el país. ¿Cómo observas la evolución que ha tenido la industria de la música en Chile?

-Creo que continúa en construcción. Hace un buen rato hay una intención seria de profesionalizar la actividad, con todo lo que ello implica en todas las áreas involucradas: artistas, crítica, productores, plataformas de difusión, empresas de servicio de sonido, ingenieros, roadies, etcétera. Cuando comenzamos no existía una escena, ni menos todas las áreas que menciono. Hoy se está trabajando bien y veo mejoras constantes.

-¿Qué factores consideras que han aportado a este crecimiento?

-Sin duda, la ley del 20% de música chilena en radios ayudará a esa construcción de escena e industria. Por otra parte, me gusta la enorme diversidad de bandas y estilos que existen, las diferentes maneras de abordar el trabajo y sus creaciones, tanto musicalmente como en términos de cómo se proyectan, se paran en escena y logran sus objetivos; algunos más integrados a estructuras o esquemas más formales, otros desde la independencia más radical. Un factor común que noto es la buena calidad y momento creativo que vive la música chilena.

-¿Observas algún déficit?

-Falta seguir trabajando para que todo el desarrollo alcanzado tenga el feedback necesario de parte del público, radios, productores, etcétera. Chile ya es un polo importante de generación de nueva música en América y, si se trabaja bien y con sano orgullo, podríamos consolidar eso y tener un tremendo contenido musical que exportar al mundo.

Electrodomesticos

-Los Electro tocaron en el desaparecido Garaje de Matucana a fines de los años 80. ¿Echas de menos la existencia de un circuito alternativo más potente en la música chilena?

-Absolutamente, extraño esa gran mezcla que confluía a esos espacios a apreciar arte más jugado.

Electrodomésticos es de aquellas bandas que no parar de experimentar con sonidos y nuevas letras. Esa es su propuesta. Así fue con “Viva Chile” (1986), “Carreras de éxitos” (1987), “La Nueva Canción Chilena” (2004) y “Se caiga el cielo” (2013), el último disco del grupo.

-¿Cuál es el motor que ha permitido la sobrevivencia en el tiempo de Electrodomésticos?

-Amamos nuestra música, nos sorprende siempre lo que sigue apareciendo y eso nos da ganas de más. Creo que es porque este proyecto cambió nuestras vidas para siempre. Carlos Cabezas era controlador aéreo y yo un licenciado en bellas artes. Fue por este proyecto que nos hicimos músicos: somos autodidactas, no leemos música, ni tenemos formación académica al respecto. ¡Con Electrodomésticos comenzamos hace 30 años ya! Y lo mejor es que seguimos llenos de ganas e ideas.

-Tú tienes una sintonía especial con la Perrera Arte, ¿qué valoras en especial de ese proyecto artístico?

-Le tengo un gran aprecio a ese lugar y el trabajo que han realizado Antonio Becerro y el equipo, sobre todo por el hecho de habérsela jugado en momentos de sequía cultural, recuperando un espacio de un sector periférico que estaba botado. Su mérito es haber transformado la Perrera en espacio de arte y de entrega de contenidos culturales a la comunidad y con muestras poco convencionales, dando espacio también a jóvenes artistas y a la experimentación. Larga vida a la Perrera, ¡guau, guau!

Fotografías: Gonzalo Goya