Ristelhueber y Tran Ba Vang, dos fotógrafas francesas unidas por una larga cicatriz
Aunque ambas tienen la nacionalidad francesa, Sophie Ristelhueber (1949) y Nicole Tran Ba Vang (1963) representan dos momentos muy marcados en la fotografía gala que la exposición colectiva “Medicina en el arte” se ha encargado de enlazar.
El equipo de cuatro curadores que organizó la exhibición que por estos días se presenta en el Museo de Arte Contemporáneo de Cracovia, el Mocak de Polonia, seleccionó con pinzas la imagen más emblemática de Ristelhueber, la fotografía 14 de la serie “Every One” (1994), aquella en que aparece una mujer desnuda con una impresionante cicatriz que recorre su espalda a lo largo de toda su columna vertebral, y la puso en relación con un fotografía sin título inspirada en ella y que formó parte de la “Colección primavera/verano”, que Tran Ba Vang presentó en 2001, donde la citada cicatriz se transforma en una especie de gran cierre con ojetillos que la propia modelo puede abrir a voluntad.
Las dos obras, según los curadores, responden al sentido de la convocatoria, que es dejar en evidencia la larga y fructífera relación de ambas disciplinas. “La medicina es una fuente de muchos temas que de diversas maneras atormentan la mente humana, por tanto, un campo artístico de investigación por excelencia. Los artistas están finamente sintonizados con los proveedores de símbolos. Y la medicina es un proveedor versátil, ya que, por encima de todo, tiene una visión general de lo que significa estar condenado a vivir en un cuerpo mortal”, explican en la introducción de la muestra, que se extenderá hasta octubre próximo.
Si bien ambas son artistas contemporáneas que han incursionado en una variedad similar de técnicas, como el video, la instalación, la pintura y la escultura, un tono bien distinto recorre sus trabajos. En profunda consonancia con las estéticas de la Guerra Fría, Sophie Ristelhueber ha centrado su producción en el territorio y en las huellas que la acción del hombre ha dejado en él y, así como en el caso de la serie “Every One” se preocupó de detallar el recorrido de las agujas en la delimitación de las heridas, en buena parte de sus siguientes obras, de marcado carácter documental, se preocupó de filiar las mismas cicatrices en el paisaje azotado por los enfrentamientos bélicos.
En contrapartida a esa estética en blanco y negro o de leve tránsito en la paleta restringida de grises que ofrece la propia realidad exterior que recorre por el mundo Ristelhueber, Nicole Tran Ba Vang transita precisamente por la vereda opuesta, aquella del montaje frío y calculado en estudio, del color cuidado hasta la obsesión y del recubrimiento plástico que impregna buena parte del imaginario de la publicidad y la sociedad de consumo. Esta segunda artista francesa de ascendencia vietnamita también está interesada en el cuerpo, pero ya no en sus huellas dolorosas sino en los dispositivos del maquillaje, de la cirugía, del implante, de la segunda o tercera piel de los seres frente al espejo.
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