Renato Cárdenas: “Los mares de Chiloé reventaron tras 40 años de explotación”

Por Renato Cárdenas

Escritor, historiador, poeta, etnógrafo, picador de leña y mariscador de orilla de Chiloé.

Chiloé está privao (1). Son cinco mil los manifestantes que atraviesan la ciudad, bulliciosos, con carteles y épicas consignas, hasta la Punta de Diamantes. Como un gran racimo de globos y banderas negras la multitud se acomoda en ese vientre que corresponde al ingreso norte de Castro. Los altoparlantes anuncian, denuncian, animan a la muchedumbre.

Por todas las ciudades de Chiloé, en sus cruces de caminos y puertos, se reitera el grito furioso: ¡¡¡ Chiloé está privao!!!

Es el levantamiento de un pueblo.

Es el comienzo de un descontento que recién se manifiesta en las calles. La ciudad está semiparalizada. Por muchos años se ha hecho vista gorda a permanentes transgresiones a cambio de un pedazo de pan.

Es el despertar de una conciencia colectiva. En los años 80 Chile vivía una dictadura que buscaba salir de una crisis económica terrible. La solución fueron entonces las exportaciones: fruta para la zona central; recursos naturales para el sur. En este paquete aparecen las salmoneras que venían ensayando este proyecto desde 1975.

Chiloé vivía de una agricultura precaria de autoconsumo alentada desde el asistencialismo. Las políticas agrarias habían sucumbido junto al gobierno de Salvador Allende. Los jóvenes se entusiasman con las nuevas ofertas, considerando que entonces el PEM y el POJH eran los únicos programas laborales de la dictadura.

El trabajo se impulsa desde el mar: cultivos de choritos y posteriormente de algas; pesca artesanal, especialmente de merluza, y el desarrollo de una actividad desconocida en Chile y asumida por trasnacionales: el cultivo de salmones (2).

El gobierno dictatorial, presionado por la crisis, busca ingresar divisas a como dé lugar. Los empresarios son invitados a invertir en Chiloé sin restricciones. Es decir, con escasas reglamentaciones, como lo exigían las políticas mercantilistas del sistema neoliberal impuesto en Chile.

Sin restricciones. Al coordinador de las empresas noruegas en Chile -que tenían entonces el 60% de la producción- se le consulta en una entrevista por qué ellos no aplicaban en Chile las mismas exigencias que tenían en Noruega y el ejecutivo respondió que ellos eran; “Noruegos en Noruega y chilenos en Chile” (3).

Un informe de la Universidad de los Lagos señala en la década del 2000 que estas empresas ahorran casi el 30% al no incorporar un programa de cuidado medioambiental en su cadena productiva. Así la salmonera se posesionaba con ventajas en el mercado internacional, esto es con prácticas de dumping encubierto.

Rogativa. Cahuín es el círculo de la Luna y el Sol.

En un círculo se ordena la gente que este domingo 8 de mayo se reunió en la playa ensenada de Nercón emulando la geometría del universo. Es gente de Castro y Nercón comprometida con una de las barricada/trinchera que ha querido hacer este ceremonial para decirle a la naturaleza que ellos están tristes porque el mar se está muriendo en Chiloé.

Ha parado de llover y la columna de humo se hace más negra. Chiloé está paralizado y hasta los caminos interiores están cortados, intervenidos por los vecinos.

Una muerte anunciada. Los mares reventaron después de casi 40 años de intensa y descuidada explotación de las empresas salmoneras. La marea roja (moluscos) y la marea café (salmones) atacan hoy a las producciones industriales. Son provocadas por un crecimiento desmedido de ciertas microalgas que encuentran condiciones ambientales favorables. Esto provocó la mortandad de 200 mil kilos de salmones que fueron a dar al océano Pacífico, casi frente al Canal de Chacao, aportando de alguna manera a esta crisis. La marea roja -hoy plenamente activa- arrasó en concentraciones nunca antes observadas con las producciones naturales y los cultivos industriales en casi todo el archipiélago interior de Chiloé y, por el Pacífico, desde las costas de Osorno hasta Cucao.

Hace cinco años, el virus ISA atacó las salmoneras y solo el 30% de ellas permaneció en Chiloé. El resto se instaló en el litoral de Aysén.

El gobierno, al final, declaró zona de catástrofe a Chiloé y el área adyacente.

El recodo. La rogativa en la playa bahía de Nercón suena a cultrunes y trutruca. De cerca huele a quemazón de tepa y canelo, ambos árboles rituales de los pueblos mapuche que chisporrotean hoy en el brasero de Manuel y Neddiel Muñoz, brasero compartido por Sonia Catepillán y la veintena de personas que acuden a este cahuín.

A pasos de allí, el mar de Chiloé con reflejos navegantes, quieto y silencioso como guardando un secreto.

Todos quieren dialogar con el universo de los planetas. Con el huenumapu de los mapuche. Sonia y Neddiel revisten de sacralidad esta playa verde, ellas manejan el astrolabio que nos acerca al cosmos.

El círculo se desplaza en torno al brasero esbozando una danza, como si desenredáramos el tiempo, siempre a la izquierda. Volvemos, al igual que la marea, a edades primigenias, al barro pleistocénico, al pelillo fresco creciendo a nuestros pies.

Nercón, Guercón es el recodo de las aguas en mapudungún. En este caso es el canal que reposa en esta bahía, con las mareas que suben y bajan en el ciclo lunar. Hoy es también nuestro recodo, nuestro descanso, en estos agitados días de marchas y barricadas. Una detención reflexiva, íntima, en esta negra historia de expoliaciones que han sufrido el medioambiente y los chilotes.

Fotografías: Rodrigo Casanova

Notas

(1) ESTAR PRIVADO es enojarse mucho; volverse un energúmeno. También cuando se tiene una conducta exagerada: se privó comiendo; se privó bailando… La consigna CHILOÉ SE PRIVÓ indica que los chilotes estamos furiosos pero, al mismo tiempo, hace referencia a la PRIVATIZACIÓN del mar y con ello como se nos PRIVA de nuestros recursos, patrimonios y vida personal.

(2) También están los proyectos forestales, entre los que se destacan proyecto Astillas (118 mil hectáreas), el de la empresa Colinetti y el de Yerbas Buenas. Iniciaron sus instalaciones pero, por diversas situaciones, no continuaron.

(3) “Ovas de oro”, documental de Anahi Sacarrat y Manuel González, 2005, video, 63 minutos.