Preludio público de una mudanza

Por Javiera Anabalón.-

“La maleta”, el ejercicio que acabo de presentar en el Patio de los Perros de la Universidad de Santiago, fue un preludio, una sinopsis, un atisbo del proceso que está viviendo la Compañía de Danza Experimental I.D.E.a, dirigida por Beatriz Alcalde, y, en particular, yo como intérprete, de nuestro próximo montaje: “Mudanza”.

Como objeto, la maleta propone espacios: el espacio interior de una caja con manilla y un espacio exterior que un cuerpo atraviesa con ella. La maleta sugiere un tiempo, una historia de viaje, una experiencia y una persona, a partir de lo cual se va configurando la ocupación, el movimiento y el desplazamiento de los 16 cuerpos de nuestra compañía en el espacio. El juego escénico que propone la obra implica las ideas de trayecto, de mutación y de traspaso, pero también las nociones de encierro, de volumen, de ruedas y de manillas.

Todo lo que en un cuerpo puede sugerir la lógica y experiencia del periplo -tanto físico como metafórico- cuya esencia es el proceso, la inestabilidad y el movimiento, es lo que establece el lenguaje de “Mudanza”; obra que al mismo tiempo, queriendo vincular los dos espacios mencionados (interior y exterior), circunscribe el movimiento y la experiencia transitoria, a un solo territorio fijo; al encierro agobiante del deambular eterno, dentro de un volumen que se encuentra determinado por los mismos límites del cuerpo.

Aquello que no pertenece al estado de trayecto propiamente tal, como el lugar de dónde parten esos cuerpos y a dónde llegan; a quién despiden y quién los espera; queda siempre en una nebulosa, como una masa informe que sólo el espectador llenará finalmente de sentido.