Antonio Becerro: “Gracia Barrios y José Balmes constituían una sola energía”
Por Pablo Asenjo
El Colectivo Perrera Arte expresa su pesar por la partida de la querida pintora chilena Gracia Barrios Rivadeneira, Premio Nacional de Artes Plásticas 2011, quien nos dejó este jueves 28 de mayo, a la edad de 92 años, luego de toda una vida dedicada a una obra que la llevó a participar en múltiples muestras colectivas e individuales en España, Francia, Suiza, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Alemania y Chile.
Hija del escritor Eduardo Barrios (1884-1963), esposa de José Balmes (1927-2016) y madre de Conchita Balmes, Gracia fue una incondicional amiga del Centro Experimental Perrera Arte, compartió las exhibiciones de la maestranza del Parque de los Reyes y, con una vitalidad sin límites, apoyó hasta bien avanzada edad las exposiciones de los jóvenes creadores que se presentan en nuestro espacio, como se puede observar en las fotos que acompañan este comunicado.
“Gracia era una mujer muy dulce, serena y agradable, con José Balmes constituían una sola energía”, señala Antonio Becerro, director del Centro Experimental Perrera Arte. “Recuerdo que una vez, en la pre-producción de una exposición, estaba con ambos en su casa, disfrutamos un whisky y con Gracia recorrimos la tremenda colección de obras de la familia mientras Balmes conversaba por teléfono. Cuando terminó el llamado, Balmes volvió con nosotros y lloró un poco porque, al otro lado de la línea, había una persona que le pedía la renuncia como director del Museo de la Solidaridad Salvador Allende. ‘Estos son unos desgraciados’, nos dijo Balmes, mientras Gracia le tomaba la mano en señal de fuerza, como apoyo de una colega, amiga y pareja”, agrega el artista visual.
Becerro dice que debía prepararse y hacerse de tiempo para visitar a sus amigos pintores, ya que, conociendo lo entretenidos y acogedores que eran sus anfitriones, de seguro la conversación se prolongaría por horas. “Recuerdo que una vez le pregunté a Gracia si de verdad era hija del autor de El niño que enloqueció de amor (1915), porque yo, de volado que soy, recién venía poniendo interés en aquel dato. Ella me respondió si yo había leído esa novela, a lo que contesté: ‘Por supuesto, si el protagonista de ese libro soy yo’. Entonces ambos, Gracia y Balmes, estallaron en una carcajada y luego no paraban de reír por mi salida. Qué manera de disfrutar con las cosas sencillas”, cierra el taxidermista.
Fotografías: Archivo Perrera Arte