Nathalia Aragonese: “El agua es un derecho inalienable y no mercantilizable”
Hace ya un par de años que las actrices Nathalia Aragonese y María Jesús Astorga venían planteando el deseo de realizar “La guerra del agua” en el Centro Experimental Perrera Arte, un espacio que ambas conocen desde hace tiempo y que les parecía el más idóneo para montar esta especie de recorrido escénico en el que el público dirige sus propios pasos de acuerdo a las sugerencias de los cuadros que componen la obra.
Finalmente, la persistencia de ambas y el estado de gracia creativo y profesional de Aragonese -quien por estos días no para entre sus proyectos de teatro, cine o televisión y se apronta para filmar una película con el mismísimo Sean Penn- posibilitaron la concreción de un trabajo completamente independiente, al que se fueron uniendo artistas de distintas disciplinas, desde las artes visuales a la danza butoh, pasando por los oficios del montaje y la representación propiamente tal. “Creo que sin querer nos juntamos personas que buscábamos y creíamos lo mismo. Ha sido una aparición perfecta”, dice Nathalia Aragonese, quien habla aquí de su ópera prima.
-Esta fue tu primera obra como directora. ¿Qué fue lo más complejo de ese desafío y cuáles fueron tus referentes para emprender esa tarea?
-Lo más complejo del proceso fue conseguir apoyo financiero para llevar acabo este proyecto. Tuve importantes reuniones con entidades gubernamentales y privadas y a todos les daba pánico ser expuestos a la crítica, creo que de alguna manera se sienten responsables del colapso y de las malas gestiones e irresponsabilidades con el recurso. Finalmente, el material humano y la autogestión fue la manera de financiarlo. Una vez armada, conseguimos algunos apoyos, como una fundación maravillosa llamada Ceba, Gorila Amarillo, entre otras . El proyecto tuvo una fuerza propia que yo se la atribuyo a la contingencia y a la urgencia: todos quienes conformamos la Compañía Teatro M.A.R. sentimos una necesidad y una pasión por transmitir consciencia por el agua, por crear, por buscar, por generar redes potentes de creación. Llevo un buen tiempo dedicada al arte de la representación y, desde mis primeros estudios, he tenido grandísimos maestros como Fernando González, a quien le debo toda mi dedicación, Alfredo Castro, Rodrigo Pérez, Marcelo Alonso, entre otros artistas de diversas áreas como escritores, fotógrafos, músicos, performers, pintores, etcétera. En ellos están las referencias, creo que la vida misma es una gran inspiración.
-¿Por qué decidiste incluir algunos textos de Rodrigo Lira en la obra? ¿Qué te llama la atención en su escritura y por qué lo consideras atingente a tu trabajo?
-Nunca me he tomado en serio la escritura, creo que la dramaturgia y la creación general de esta obra fue una necesidad profunda que compartimos con mi amiga y también asistente de dirección de la obra María Jesús Astorga, con quien queríamos ocuparnos de un tema trascendental y primario. La escritura es como una descripción de imágenes, personajes arquetipos en situaciones extrañas, extremas. Rodrigo Lira siempre me ha gustado y atraído mucho, me parece simplemente genial; esa mezcla de locura, ironía, humor y lucidez me es un tesoro. Escogí un poema que es perfecto para uno de los personajes y la situación. Antes había trabajado también con su poesía pero como actriz. La poesía nacional me parece dentro de las artes una de las más potentes y sensibles a nuestra naturaleza chilensis.
-¿Cuándo nace tu preocupación por la crisis del agua? ¿De verdad crees que será el punto de colapso del sistema planetario en 2050, fecha en que se sitúa tu relato?
-Nace por dos caminos que van de la mano. Desde niña escuché siempre a mi abuela hablar de la escasez del agua, con el tiempo empecé a investigar, a leer información que está pero no circula, ver documentales, etcétera, y es evidentemente fácil darse cuenta que la situación es grave, especialmente por cómo se maneja económica y políticamente este país. El agua es un derecho público inalienable y no mercantilizable, tal cual, y Chile es uno de los poquísimos países del mundo en donde el agua es privada. Partiendo de ahí, la frustración es máxima. La gente se ha acostumbrado a pensar que las cosas las pueden tener porque las pueden compran y no es así, por lo menos lo pienso así para los recursos naturales. La crisis ya la tenemos, no es necesario esperar a que nos llegue una bomba para darnos cuenta que estamos en guerra. Ha sido y sigue siendo el petróleo, los límites geográficos, el poder y lo próximo me temo que sea el agua.
-¿Por qué crees que el tema de la escasez y mal uso de los recursos hídricos es un problema que no ha terminado de instalarse en el debate público?
-Porque es grave y no es tema. No aparecen nuevas leyes acorde a la realidad. No hay un interés en modificar, enseñar y administrar bien de verdad. Siento que estamos en un tiempo en donde gobernar es “pan para hoy, hambre para mañana”. Total, es mañana… No hay consciencia.
-Para esta producción lograste armar una compañía de teatro a la antigua, con nombres importantes, apoyada en tus propios recursos y con completa independencia. ¿Estás proyectando esta experiencia en el tiempo? ¿Crees que es posible darle continuidad sin el respaldo de alguna institución?
-Hay dos temas: uno es el sueño artístico de la compañía, que eso ya está y en ella habemos gente de distintas disciplinas en las artes, lo que nos permitirá trabajar en proyectos de diversas índoles. Lo otro es cómo financiarnos y eso ya no depende tanto de nuestra creatividad, hay un vacío político respecto al arte y la cultura que, volviendo a lo mismo, es un problema de consciencia, intereses, ignorancia grande. Este país lo gobiernan las empresas, eso ya lo sabemos, y mientras eso no cambie seguiremos siendo un país pobre culturalmente, que solo sobrevive por quienes sacamos de nuestro propio bolsillo y hacemos que se instale ese modelo. Claramente, se debe modificar.
-En una entrevista dijiste que te gustaba la idea de ser una actriz under. Para esta obra congregaste a varios artistas que tienen su historia en ese circuito, como Antivilo, Matthey, etc. ¿Es el regreso a escena de los chicos malos? ¿Por qué elegiste esos actores?
-La elección del elenco fue casting de personaje y persona, me es fundamental tener afinidad artística y visión de mundo similar, una energía natural que fluya en el colectivo, me intereso por lo que hacen las personas, en cómo se ganan la vida, en cómo invierten su energía y todos los que están acá son de mi admiración . El resto del equipo es de una aparición perfecta, artistas que se sumaron a la obra porque son sensibles, talentosos y conscientes, como el propio Antonio Becerro, Mateo Goycolea, Carlos Montecinos, Pikoenelojo Stencil, entre otros. Creo que sin querer nos juntamos personas que buscábamos y creíamos lo mismo.
Fotografías: Caiozzama
Stencil: Pikoenelojo Stencil
Fotografías stencil: Francisco Aravena