Los seres valientes, dolidos e indocumentados del fotógrafo Hugo Ángel

Por Antonio Becerro

El proyecto “Asociación ilícita”, del fotógrafo nacional Hugo Ángel, inicialmente iba a concluir con una exhibición presencial que tenía un hilo conductor en su relato y montaje en el Centro Experimental Perrera Arte, el espacio donde se realizó esta producción en los momentos más duros de la pandemia y el encierro. Al final, debido a las restricciones sanitarios, el trabajo derivó en un fotolibro, un breve documental y una serie de charlas en diversos puntos del país, en la medida que lo permitían los aforos.

El casting de personajes fue delicado y con especial atención en su elección. Personas que parecen espectros en sí, personajes curvos, oblicuos, dolidos, torcidos y agarrotados por el paso de las horas en la vida. La carga metafórica de cada una de estos valientes modelos que aceptaron el desafío de ser retratados con sus cicatrices como rosas, con su color de piel, con sus tatuajes, con su brillo de ojos que a ratos parecen ausentes de luz, pero que irradian una expresión plástica no tan lejana un óleo de Goya.

Sí, personajes goyescos, marginados, segregados del exitoso paisaje social chileno. Personas agredidas por la realidad de los temas ausentes en el país de las maravillas. Indocumentados de la tierra que se salvan a nado de su propio llanto. Sujetos ilícitos camuflados para sobrevivir a la ambigüedad del poder. Es esta una apreciación descontenta, desarraigada y guacha. Una visión debida al encierro de un mundo de dolor, donde la marginalidad transforma el cuerpo y la cara como si se tratase de una identidad metamorfoseada o de un animal sobreviviente.

Todo se expresa en el reflejo, en las grietas de esa piel que funciona como manto, como envase duro que cubre y a la vez manifiesta esa debilidad, esa fragilidad maltratada y abusada. Personas, vidas censuradas, castradas ante cualquier idea de plenitud, ante cualquier formato de felicidad. El dolor está aquí en Chile y su gente, en sus rincones, en sus fondos de pantalla, como una normalidad Ilícita, como una asociación pactada para el simulacro.