La Perrera en Rumania, primer centro latinoamericano en Trans Europe Halles

Por Josefina Márquez

“Llegamos a Timisoara bajo una intensa Luna roja. Ha sido muy vertiginoso el paso de un país a otro, pero ya estamos comenzando el encuentro. A la Perrera le toca exponer el sábado”, cuenta el artista visual Antonio Becerro desde la ciudad multicultural de Timisoara, en la región occidental de Rumania, donde este miércoles 16 de octubre se dio inicio a la asamblea anual de Trans Europe Halles (TEH), la red de organizaciones culturales independientes del Viejo Continente. La convocatoria tiene por título “Grow?” (¿crecer?) y el Centro Experimental Perrera Arte es el primer espacio de un país latinoamericano que participa como invitado en la reunión.

Luego de este cónclave de TEH, Becerro y la periodista y productora independiente Amancay Wessel Hofer, conocida por su emulado programa de televisión “La bicicleta”, regresarán a Francia para completar un tour europeo que también incluye diversos proyectos culturales de Dinamarca.

-Becerro, ¿cuáles serán los aspectos centrales de tu presentación en Trans Europe Halles?

-De forma comprimida, la idea es contar nuestra experiencia en la autoproducción de las artes y la cultura, desde el trabajo con párvulos del barrio hasta las acciones performáticas más osadas, pasando por el proceso de restauración de un edificio único en Chile o la relación con grandes maestros, como Raúl Ruiz. Trataremos de hacer un resumen de nuestra gestión a lo largo de estos 24 años de vida independiente, lo que no es fácil dado nuestro abultado y diverso dossier. Queremos exponer nuestra historia como lugar de batalla en la escena internacional, capturada en casi todos sus rincones por el modelo voraz del neoliberalismo, en particular en lo relativo a la memoria y el patrimonio. Mario Rojas Torrejón y Fernando Imas Brügmann publicaron un interesante libro relativo a esto, se titula Santiago caníbal, la ciudad que perdimos.

-TEH es como la cumbre de las organizaciones culturales independientes de Europa. ¿Por qué la Perrera decide estar en reunión?

-Es el momento de salir del infierno chileno. Resulta interesante conocer otras experiencias. No sé con qué me toparé, pero estas cumbres se están realizando desde hace bastante tiempo para coordinarse, para reconocerse, para articular producciones similares. Esta es una asamblea como la de las Naciones Unidas por la cultura y el arte. Son como nuevos conceptos de aldea o etnias humanas para defender la identidad, el paisaje, el cruce de las fronteras y el futuro. Por cierto que vinimos por nuestros propios medios porque en Chile, un país tutelado por la cohabitación burocrática pactada de izquierdas y derechas, las ventanillas se cierran para los intercambios de este tipo.

-¿Qué aspectos les interesa conocer de la experiencia independiente europea?

-Su carrete, el valor de una cultura tan antigua, con tantas guerras e invasiones de por medio. Queremos saber en terreno cómo sobrevivieron a ello, por qué les interesa tanto el desarrollo asociado al patrimonio. Un dato relevante en este sentido es que buena parte de los 122 centros integrantes de TEH, ya sea como miembros o asociados en 33 países europeos, funcionan en espacios industriales, similares al caso de la Perrera, aunque, por cierto, muchos de ellos cuentan con apoyos de gobiernos locales y de otro tipo.

-¿Cómo han sido las primeras horas en Timisoara?

-Muy gratas y fluidas. Es un encuentro masivo y muy europeo: ordenado, con recursos, auspiciadores y patrocinios. Los participantes son de distinta índole. Se desarrolla en un edificio recuperado que se llama Ambasada y que corresponde a un taller mecánico de automóviles de importante envergadura que fue recuperado hace siete años.