Becerro: “La Negra Ester está en el imaginario colectivo de generaciones cruzadas”
Por Josefina Márquez
Rosita Ramírez, la protagonista original de “La Negra Ester”, el mítico montaje del teatro chileno, se pasea por la nave principal del Centro Experimental Perrera Arte y su sola presencia indica que la obra de Andrés Pérez y el universo construido por el Gran Circo Teatro para las décimas de Roberto Parra siguen vivos, tanto o más vivos que antes, evolucionando por cuenta propia a expensas del tiempo. De este video, idea original de Antonio Becerro, conversamos con el artista visual en un alto de los preparativos para el festejo de los 26 años del espacio cultural que dirige en el Parque de los Reyes.
-¿Por qué retomar un personaje tan querido como la Negra Ester en este aniversario de Perrera Arte?
-Justamente porque es muy querida la Negrita y está en el imaginario colectivo de generaciones cruzadas. Siempre me ha rondado la idea de resucitar perros, gatos, pájaros, elefantes, a todos los animales y talvez por eso me convertí en taxidermista. Me interesa mucho el asunto del tiempo y el espacio no en el sentido concreto, sino en el más abstracto y siniestro. En ese sentido creo que soy del círculo privilegiado de Lázaro, que tenía nada menos como uno de sus mejores amigos a Jesucristo, quien resucita a otros y se resucitó a sí mismo.
-¿Cuál es la idea de presentarla sin su carpa, sin su escenografía, sin el entorno con el cual recordamos a la Negra Ester?
-Me sorprende la constante reaparición y muerte de un personaje. ¿Qué pasa con la actriz o el actor cuando no es personaje? ¿Quién es el ausente, el que muere o el que sigue vivo? A mí me interesa la torsión, desmembrar, la disección como un acto creativo, la idea de componer. La catedral de Perrera Arte siempre fue para el cuerpo, sus formas y siluetas. El fantasma de la Negra Ester ronda en nuestras cabezas y en las calles, y llegó aquí, así nomás, a este edificio industrial que acoge fantasmas, personas que parecen espectros y personajes que también lo son. Sus huellas es lo que queda impregnado, ahí está su legado. En este caso la carpa es de hormigón con fierro reforzado, donde la Negra se ve bastante bien, flotando y divagando en su propia presencia.
-¿Tú crees que los actores e intérpretes lo ven de esa manera?
-Qué sé yo, talvez sí o talvez no. Quizás es solo un traje, un maquillaje, una postura, un parlamento aprendido. ¿Acaso las personas no somos eso también?
–Tú dijiste en una entrevista que los espacios culturales, colectivos, se debían al fenómeno personal de su líder. ¿Cómo podría entenderse en este caso?
-En cierta manera, el Gran Circo Teatro está vigente sin Andrés Pérez. Esta Rosita Ramírez, Mauro y Alejandro Gutiérrez y otros. La obra se sigue dando con otro elenco más joven y eso es magnífico en términos de identidad y memoria nacional. La función no ha terminado, ahora estarán en el Nescafé de las Artes. Imagínate, estamos celebrando nuestro aniversario 26 junto a la Negra Ester y el domingo tendremos a Lírica Disidente en pleno, con solistas y coro, desde la terraza para el Parque de los Reyes. Me encanta lo épico: las hazañas, la prestidigitación y el resucitamiento del arte, lejos de la fruslería y las bagatelas del snobismo o la cursilería de los hipsters del arte.
-¿En pandemia has desarrollado varios videos que presentan a las personas como fantasmas y viceversa?
-Sí, esta es como mi cuarta producción realizada en pandemia, adentro y afuera de los muros, sirviéndome de la sombra y la luz de la Perrera. La idea de la obra efímera y su existencia está latente en todas estas realizaciones, ese es su hilo conductor invisible.