Kevin Magne: “Ya no hay humanidad y se está construyendo un nuevo cuerpo”

Texto y fotos de Fernanda Martínez Leal

Mientras los rayos de sol entran directamente por las ventanas del segundo piso de la Perrera e iluminan sus manos llenas de látex, el bailarín, performer e investigador escénico Kevin Magne (28) experimenta sobre un nylon para lo que será su próximo proyecto. A días de partir a una residencia de creación a tiempo completo por dos semanas en el sur de Argentina, Kevin hace las primeras pruebas con el material base de su proyecto, el látex. Espacios como Perrera Arte y la casa-taller Teatro Sur le facilitan sus dependencias para comenzar a investigar en su propuesta.

-¿De qué se trata este proyecto?

-Es una idea que vincula las artes visuales y las artes escénicas. “Neogénesis: mestizaje ciborg para un cuerpo latinoamericano” es su título provisorio, porque estoy en proceso de desarrollo, pero es el primer nombre con que se lanzó.

-¿A qué apunta la idea?

-Se relaciona con las mutaciones corporales y el cuerpo hoy en día. Cuál es el origen del cuerpo y cómo ese cuerpo original se está perdiendo en relación al vínculo con las tecnologías. Me parece súper seductor porque pienso que ya no hay humanidad y se está construyendo un nuevo cuerpo. Ahí aparece todo lo que es la inteligencia artificial, la ingeniería genética, todo el trabajo biomolecular, el vínculo con lo ciborg, la construcción de prótesis, las mutaciones genéticas, un montón de cosas que hoy en día, de alguna manera, me parece que están haciendo cambiar la identidad del cuerpo.

-¿Cómo surgió este viaje?

-Este proyecto quedó seleccionado para desarrollarse en una residencia de creación en el Taller Manta, en San Martín de los Andes, Argentina. Se llevará a cabo entre el 8 y 24 de junio. Es una residencia a tiempo completo donde voy a compartir con otra artista colombiana, con quien vamos a realizar nuestros proyectos en colaboración con el espacio. Por lo que he visto, es un lugar bien particular, se encuentra en una zona de bosques, muy natural, por lo que me parece interesante ese cruce.

-¿Qué es una residencia?

-Es un concepto bastante contemporáneo dentro de las artes, porque es un espacio artístico que ofrece o dispone de lugares de investigación y creación. Existen millones de modalidades de residencias, pero lo central es que ofrecen un espacio de trabajo creativo. También hay residencias técnicas o de producción, pero básicamente es un período concentrado de tiempo donde se va a hacer algo en específico.

-¿Piensas exponer los resultados en Chile?

-Sí, parte de la colaboración que yo solicité a los espacios donde ahora estoy trabajando, que es aquí en la Perrera y en Teatro Sur, es una presentación de la obra finalizada, si es que está finalizada.

-¿Por qué eliges el látex como elemento base?

-Definí el látex como el material de uso de una manera bien intuitiva. Le dije a un amigo maquillador que quería hacer una segunda piel y él me señaló que tenía que ocupar látex, que es lo que se utiliza en los efectos especiales del cine y teatro para hacer transformaciones, es lo que simula con mayor semejanza la piel. Seguí su consejo y ahora, en virtud del tiempo y del trabajo con el material, me hace mucho sentido porque el látex que estoy empleando se ocupa como pegamento, pero es un plástico.

-¿Qué pasa con la contaminación?

-Yo no tengo un afán de reciclaje. Evidentemente tengo cuidados con la utilización del material, del desecho y todo, pero a la vez también es parte del cambio que está sucediendo. Hoy en día, lo que hay que pensar en relación al plástico es cómo nos estamos relacionando con ese elemento, más que cómo lo estamos desechando. Evidentemente el desecho si es una forma de contaminación, pero es porque no hay un vínculo, no hay trabajo con ese material, hay solamente una utilización, es utilitario. En este caso, me parece importante trabajarlo en relación a la piel, al cuerpo, la piel como territorio. Dicha ficción de piel tiene todo ese cruce.

-¿Qué significa para ti la producción artística?

-Los modos de producción de arte contemporáneo, de las artes más experimentales quizás, no tienen un entendimiento en los formatos institucionales o académicos en Chile. No hay mucha cabida para este tipo de proyectos, donde uno no sabe el resultado. Hay una contradicción entre los intereses burocráticos versus la creación artística, donde muchas veces uno no sabe al punto final que va a llegar.

-¿Cómo se resuelve?

-Uno tiene que empezar a utilizar sus alianzas políticas y artísticas para poder levantar este tipo de proyectos de manera autogestionada. En este caso hay un respaldo de la residencia, pero el estar trabajando tanto aquí en la Perrera como en Teatro Sur, es otra forma de economía, otra forma de relación afectiva, artística, política. Otra manera de cómo instalar y desarrollar el arte en base a las colaboraciones. Es una cuestión de respaldo comunitario, porque esto no es un respaldo institucional.

-Otra perspectiva del trabajo.

-Sí, básicamente a mí me interesa trabajar la producción artística como un espacio de resistencia, de generación de pensamiento insubordinado, insurrecto y, bueno, así un poco he desarrollado muchos proyectos, no solamente este.