Kaos Temple, iglesia sicodélica revoluciona el arte urbano y el skate
La tendencia es precisamente inversa en lugares como Chile, donde son frecuentes los ejemplos de antiguos teatros -espacios de arte, cultura o, simplemente, entretención- convertidos en templos de religiones de diversa procedencia. Por eso llama la atención la extraordinaria transformación de la Iglesia de Santa Bárbara en Llanera, Asturias, España, que por estos días es un flamante centro de deporte y arte urbano que conserva intactas sus líneas arquitectónicas originales.
Construido en 1912 a partir de los diseños el arquitecto asturiano Manuel del Busto, este templo alcanzó a cumplir con su destino inicial solo algunos lustros, exactamente hasta la Guerra Civil que en los años 30 fracturó a la sociedad española y durante la cual esta iglesia fue utilizada por una fábrica de explosivos aledaña. Terminada la lucha fratricida, Santa Bárbara siguió sirviendo a los fieles hasta la década de los 60, cuando una sociedad privada del polígono industrial de Asipo compró los terrenos y procedió a demoler todas las dependencias que rodeaban el templo, el que siguió en pie, aunque en un progresivo proceso de abandono y deterioro.
En 2007, la familia de Ernesto Fernández adquirió la construcción religiosa con el objetivo de restaurarla y convertirla en un espacio polivalente que prestara servicios a los lugareños y empleados del citado complejo industrial, pero la crisis económica subprime del año siguiente frenó la iniciativa. Hasta que al mismo Ernesto y sus amigos se les ocurriera la idea de montar una rampa de skate en su interior “para capear las intensas lluvias de la zona”, según explica el mismo emprendedor.
Nació así la Church Brigade, una iniciativa de deporte urbano contemporáneo que ahora agarró un nuevo vuelo gracias al artista callejero Okuda San Miguel, quien luego de pintar más de dos mil muros en diversos países de todo el mundo, incluido Chile, decidió hacer su “catarsis final” en Santa Bárbara, ya que nunca había intervenido un templo.
“Digamos que una de las superficies más usadas del arte clásico han sido las iglesias, la religión, los reyes, la realeza. Por eso todo me atrae bastante. Es llevar el arte contemporáneo a eso. La unión de dos mundos”, cuenta Okuda. El artista decidió llamar su proyecto “Kaos temple” y, si bien decidió financiarlo a través de la plataforma de crowdfunding Verkami, también recibió la colaboración de Red Bull, una de las marcas internacionales que tiene en su visión estratégica la incorporación de las tendencias urbanas.
Okuda San Miguel (1980) describe su obra pictórica, que también se extiende a otros soportes -video, fotografía, escultura-, como “surrealismo pop con una clara influencia de la calle” y en su página oficial cuenta que sus trabajos “a menudo plantean contradicciones sobre el existencialismo, el universo, el infinito, el sentido de la vida, la falsa libertad del capitalismo, y muestran un claro conflicto entre la modernidad y nuestras raíces; en definitiva, entre el ser humano y él mismo”.
“La iglesia nunca había pertenecido a la Santa Sede: ha sido siempre privada y está desacralizada. Hoy somos un club privado y nos autofinanciamos, pero cuando vienen amigos a patinar muchas veces nos dejan una limosna para seguir medrando”, explica Ernesto Fernández, satisfecho con el resultado sicodélico de la obra de Okuda en su templo de arte y skate.
Fotografías y referencias: okudart.es / churchbrigade.org