Joven arquitecto de la USACh proyecta la Perrera Arte del futuro
Un montacargas, un nuevo y funcional diseño de la cocina y la recuperación del espacio aledaño al edificio con un pavimento que permita a la vez redirigir las aguas lluvia e iluminar la construcción por medio de surcos son algunas de las ideas que Francisco Mazuela, alumno del curso superior de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago, propone en su proyecto de recuperación y mejoramiento de la infraestructura del Centro Experimental Perrera Arte.
Durante semanas, el futuro profesional realizó un detallado y aterrizado estudio de este edificio industrial y de las necesidades derivadas de su utilización como factoría de arte para diseñar, según él mismo apunta, un proyecto que permita el trabajo de los artistas sin perder el valor histórico y patrimonial de un edificio que funciona en un espacio público, como es el Parque de los Reyes.
-¿Cómo fue tu encuentro con la arquitectura de la Perrera Arte?
-Fue un encuentro de sorpresas, partiendo por el lugar, por su ubicación. En este tiempo, es increíble conservar activa una obra arquitectónica patrimonial con un programa diferente al original. La Perrera Arte recupera ese peso de vivencias y todo esto emplazado dentro un parque. Acá hay un encuentro con las vidas pasadas del edificio, se valora el hollín en el techo producto de la basura que fue quemada por los hornos en el comienzo del edificio. Además, las bóvedas alargadas generan grandes espacios que mutan, como las exposiciones, danzas o esculturas que pasan por el lugar.
-¿Qué elementos arquitectónicos de la Perrera Arte te sorprendieron?
-La conexión con la naturaleza, abrir los portones y observar como los árboles tratan de meterse dentro de la obra. También el techo curvo del primer piso. El tercer piso y su gran bóveda alargada compuesta por pilares de hormigón armado conforman un espacio diferente con una hermosa vista.
-¿Cuáles fueron los planteamientos iniciales para definir tu propuesta de mejoramiento arquitectónico?
-Conservar lo patrimonial, la historia del proyecto y que la nueva propuesta funcione conjuntamente con las preexistencias. En ese sentido, el trabajo de iluminación tenía que mostrar la edificación, pero resaltando los distintos caracteres de cada fachada. La propuesta le deja la iluminación general a una trama de surcos que redirigen las aguas lluvias demarcan los espacios y a la vez iluminan el espacio público. La iluminación focal queda dirigida en los pilares, produciendo una secuencia de luces que enmarcan la obra y la hacen visible a las personas.
-¿Qué fue lo más complejo en la elaboración de tu proyecto?
-Trabajar en distintos espacios: un montacargas, un proyecto de suelo, algo más íntimo en la bóveda superior; todo funcionando conjunto y lo nuevo interactuando con lo existente sin que esto se vea algo extraño.
-¿Qué cuidados deberían tener en su minuto los encargados de llevar a cabo este proyecto?
-El cuidado y mantenimiento del espacio público aledaño es muy importante: conservar el pavimento en buen estado y la iluminación siempre funcionando. Si algo falla, repararlo de inmediato para así mantener la obra y permitir que perdure en el tiempo.
-A partir de esta experiencia, ¿qué recomendaciones harías a los jóvenes estudiantes de arquitectura que abordan trabajos de restauración en edificios patrimoniales de línea industrial, como la Perrera Arte?
-Principalmente, mantener un respeto por la edificación y la historia que conlleva. Valorar también el paso del tiempo en su materialidad, el descascaramiento del concreto, los fierros a la vista, ese óxido que le da el carácter a la obra.
Diseño 3D: Francisco Mazuela