Galería virtual: las imágenes que dejó Septiembre Vegano 2019 en Perrera Arte

Por Josefina Márquez

“Nuestra evaluación de Septiembre Vegano 2019 es absolutamente positiva. Apostamos a una alternativa diferente, a abrir nuevos espacios de difusión, demostrando de esta manera que no es necesario asesinar animales para alimentarse o pasarlo bien”, declara Ignacio Cruz, integrante del directorio de la Corporación Sabvia, la organización sin fines de lucro de carácter ambientalista, antiespecista, que tuvo a cargo la realización del masivo encuentro que tuvo lugar en el Centro Experimental Perrera Arte durante el largo feriado de fiestas patrias.

Más de cuatro mil personas concurrieron durante los dos días de actividades de Septiembre Vegano, donde hubo música en vivo, gastronomía saludable, juegos para adultos y niños, concurridas charlas abiertas, talleres especializados, videos, acciones de arte y conversación, mucha conversación. “La diversidad de personas nos alegra, ver señoras y señores de la tercera edad disfrutando de una pizza vegana, por ejemplo, nos llena de orgullo. Tres meses de trabajo anticipado dieron su fruto”, comenta Ignacio Cruz, quien sigue trabajando en la tarea de cerrar todos los detalles del encuentro cuando ya han pasado varios días desde su realización.

-Ignacio, ¿qué destacarías de Septiembre Vegano 2019?

-Principalmente, la gratuidad de nuestro evento. Las personas necesitan espacios diferentes, donde no se les cobre por estar ahí, donde reciban regalos por responder preguntas asociadas a la temática del encuentro, por jugar a la sillita musical o solo por participar. Construir espacios públicos, colectivos, es uno de nuestros objetivos.

-Concurrió mucha gente.

-Sí, como Corporación Sabvia estamos realmente felices y orgullosos de haber logrado convocar más de cuatro mil personas sin apoyo de la publicidad televisiva o de los medios de comunicación, y de desarrollar un evento sin ningún conflicto con vecinos o foráneos. Las ventas de nuestros expositores nos demuestran el flujo de gente que hubo.

Desde una visión “pictórica, metafórica”, como aclara de entrada, una revisión igualmente satisfactoria de la versión de 2019 de Septiembre Vegano realiza el artista visual Antonio Becerro, director de Perrera Arte, espacio donde, por segundo año consecutivo, se llevó a cabo este encuentro. “Como emprendimiento innovador individual y colectivo, Septiembre Vegano resulta muy interesante a la oferta y demanda dieciochera, chovinista y consumista. Como en todo evento independiente, hay que mejorar ciertos aspectos de producción derivados de la autogestión, como la puesta en escena, los tiempos de montaje y desmontaje y otros detalles, pero el encuentro en sí se acopla muy bien a las dinámicas administrativas de Perrera Arte”, dice Becerro.

-Las características del espacio también le otorgan un sentido especial al encuentro.

-Por cierto, reutilizar lo colosal de Perrera Arte es leer bien el espacio con su arquitectura, su entorno en el Parque de los Reyes y su concepto. La feria vegana, como acción, debe cuidar sus contenidos en un espacio como éste, porque no es un galpón vacío o el templo de los mercaderes. Se trata de potenciar e impulsar, de crear pulmones de aire, bolsas verdes para enfrentar la asfixia actual.

-Un poco de oxígeno para el espíritu.

-A veces pienso que la naturaleza no nos necesita y que, desapareciendo el ser humano de la faz de la tierra, la naturaleza recuperará por sí misma el planeta. Pero igual me gusta la respuesta de la gente cuando es de este modo, como en Septiembre Vegano, porque también es una respuesta de la naturaleza, somos parte de ella. Encontrarse en una lugar como la Perrera, que es como el Arca de Noé, en una feria así, donde se intercambian especies, conocimiento, aceites, manjares y otras cosas, de alguna manera también es estar más cerca de un ideal de aldea humana.

-Simplemente estar juntos, compartir, respetando al otro.

-Mira, Josefina. Es muy probable que, cuando empiece el éxodo de los poderosos de este planeta, cuestión que está en plena marcha, como hemos sabido leyendo entre líneas las noticias de los próximos viajes a Marte y la Luna de los malos de la película, cambiará la perspectiva para los seres más lúcidos que quedarán en tierra esperando su vuelo interestelar. La historia siempre es la misma, se repite una y otra vez el cuento de “La balsa de la Medusa”, esa tragedia tan bien retratada por Théodore Géricault.

-Si mal no recuerdo, la fragata Medusa queda encallada en la costa africana. El capitán ordena construir una balsa trucha para salvar a los pasajeros de menor alcurnia y él con sus más cercanos empiezan a remolcar dicha balsa con los escasos seis botes de emergencia hasta que, por arte de magia, se corta el cordel que los unía: el capitán y los suyos se van y el resto queda tirado a su suerte. Eso es, ¿no?

-Sí, veo que aprendiste de corrido la lección de pintura romántica francesa del semestre pasado. Eso es, pero la gente está despertando y, talvez, muchos de los que no podamos abandonar la tierra tendremos mutaciones para completar la evolución de adaptación alimenticia. A lo mejor nos saldrán branquias detrás de las orejas o un tercer ojo, pero quizás ese es el precio para salir de los prejuicios del homo sapiens, cuyo perfil de “hombre sabio” es lo que precisamente está en jaque. A lo mejor ahí, y siempre estoy pensando en términos pictóricos, metafóricos, daremos un salto hacia una evolución de verdad. Otro mar, otra balsa, otra Medusa, otro ser vivo, otro futuro.

Galerías fotográficas: gentileza de numerosos amigos de Septiembre Vegano, Corporación Sabvia y Perrera Arte.