Guillermo Grez: cinco años después de sus anuncios críticos sobre Chiloé en LUN

Hace exactamente cinco años, en el otoño de 2011, el Centro Experimental Perrera Arte realizó una gran retrospectiva del pintor y escultor de Chiloé Guillermo Grez, quien por estos días está de vuelta en la factoría del Parque de los Reyes a propósito de la muestra colectiva de L’Arts 2016.

Aquella vez la periodista del diario “Las Últimas Noticias” Jazmín Lolas entrevistó a Grez en la fría y concurrida exposición y luego, con fecha 5 de junio, publicó un artículo que tituló “artista neurótico anuncia el derrumbe de la cultura chilota” y que tenía como bajada “Grez presenta grandes telas en las que hace referencia a la contaminación del archipiélago”.

En la conversación, lúcida a la luz de lo acontecido un lustro después, el artista visual efectivamente se define como “neurótico” y luego describe la depredación del medioambiente que observa en la isla: “La cultura de Chiloé se está derrumbando y también su paisaje, producto de la contaminación de las salmoneras. Lo que aún sobrevive es la religiosidad. Estas pinturas recrean los arcos florales por donde pasan las procesiones”, explicó entonces Grez.

Transcribimos la entrevista completa de LUN para dejar testimonio de la visión y la ceguera, para repetir que el arte honesto casi siempre observa y constata lo que muchos no quieren ver:

Artista neurótico anuncia el derrumbe de la cultura chilota

Jazmín Lolas

Desde que, hace treinta años, abandonó para siempre la vida continental y se instaló en Chiloé, Guillermo Grez se tomó en serio el oficio de pintor -“antes me gustaba, pero le hacía el quite, porque no le encontraba sentido”, dice- y en esa decisión influyó el impacto del nuevo paisaje. “Cuando llegué, todo era bello y pintoresco, con olor a humo y humedad”, recuerda el artista.

Grez habita una casa hecha de “fierro y lata” en Lingue, una zona rural ubicada a 28 kilómetros de Castro. Apenas tiene vecinos y por lo tanto abundan la tranquilidad y el silencio. Ese es su ambiente ideal, sobre todo si pretende concentrarse en los grandes fragmentos de tela o prendas de vestuario que pinta en blanco y negro.

Todas sus piezas tienen que ver con Chiloé, su naturaleza, habitantes, costumbres y contingencia. Algunas pueden verse actualmente en el Centro Experimental Perrera Arte (Parque de los Reyes sin número, entre Bulnes y Cueto), que esta temporada ha dedicado su programación a artistas de provincia.

El montaje de Grez se titula “Procesiones” y reúne, entre otras obras, doce enormes telas que, dispuestas en pares, forman un fila. El espectador puede observarlas internándose por especies de puertas abiertas en cada una. De ese modo es posible recorrer el espacio que ocupan de ida y vuelta y mirar muy de cerca. Entre sus motivos están el bosque, los animales, algunos personajes mitológicos, el mar y las tradiciones religiosas de los chilotes.

“La cultura de Chiloé se está derrumbando y también su paisaje, producto de la contaminación de las salmoneras. Lo que aún sobrevive es la religiosidad. Estas pinturas recrean los arcos florales por donde pasan las procesiones”, explica el autor.

Grez se declara un neurótico que ve quizás más que el resto, sobre todo más que los visitantes, como la basura, el smog y el olor a pescado podrido que ha invadido el archipiélago. Por eso, en sus pinturas aparecen unos espectrales esqueletos de salmón, del mismo modo que bandurrias que se alimentan no de gusanos, sino de camiones que trabajan para las salmoneras. También se ven árboles junto a cadenas de sierras que representan la sobreexplotación del bosque.

“Hace 30 años, en Chiloé podrías haber hecho una película del siglo 19 sin mover ni agregar nada, pero ahora hay plástico, cemento y suciedad”, dice el expositor, quien no solo presenta escenas apocalípticas: también ofrece versiones irónicas y humorísticas de la zona, especialmente en una serie de túnicas en las que ha pintado personajes mitológicos como el imbunche, el trauco, la voladora y la Pincoya.

Fotografías: Archivo Perrera Arte