Eugenio Téllez en el Peda: “Entrar en el arte es como irse a la montaña o a la guerrilla”
Compañero de Adolfo Couve (1940-1998) en el curso que dictaba Augusto Eguiluz en la antigua Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile a fines de los años 50, Eugenio Téllez (1939) reconoce pertenecer a una generación marcada por la tragedia en el arte chileno. “Siempre quedé fijado con eso. Cuando tú entrabas en el arte, era como ir a la montaña; dejar todo e integrarse en la selva: era como ir a la guerrilla”, explicó el artista chileno en esta conversación con los alumnos de arte y anatomía de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, UMCE, realizada el 24 de noviembre de 2017.
Radicado en Francia desde muy joven, Téllez repasó en este relajado diálogo en la Galería Nemesio Antúnez, en el corazón del histórico Pedagógico, sus años de bohemia en la noche santiaguina en torno al grupo del poeta Enrique Lihn, su formación y trabajo con el grabador británico Stanley William Hayter en el Atelier 17 y sus primeros acercamientos en París con sus compatriotas Enrique Zañartu y Roberto Matta, quien le enseñó “que las cosas hay que dibujarlas tal cual son, no como parecen” y al cual describe, siguiendo las palabras de André Breton, como “la fuerza nueva del surrealismo” una vez que Salvador Dalí empezó a actuar como “un loco programado”.
Al borde de los 80 años, Téllez muestra en esta charla una vitalidad y sentido del humor impresionantes, que cultiva tanto con su despliegue físico frente a los grandes formatos de la pintura como con la práctica del karate, disciplina en la que es cinturón negro y tercer dan. “El buril es como las artes marciales del grabado”, ejemplifica durante la conversación, en la que también aludió al ambiente “mitológico” que observó en sus primeros acercamientos con la Escena de Avanzada a principios de los años 80 en Chile y sus breves contactos con Pablo Neruda, a quien imita a la ´perfección.