Catarsis: “El drag es una práctica que la puede desarrollar cualquier ser humano”

Por Pablo Asenjo

Si hubiese nacido antes, de seguro habría estado bailando arriba de esas plataformas en las que se presentaban osados personajes en los encuentros Spandex que, en el invierno de 1991, Andrés Pérez organizó en el Teatro Esmeralda, ahí en calle San Diego. Pero, como en aquellos tiempos ni siquiera había aprendió a caminar, Enzo Donatelly se paseaba hasta antes de la pandemia en las fiestas electrónicas sorprendiendo a los asistentes con Catarsis, su alter ego drag, un ser de casi dos metros de altura -tacones incluidos- que incita a desatar las fantasías, siempre y cuando el espectador quiera mirar.

“Todos somos distintos”, repite Donatelly, quien no se considera un artista gay, sino un creador visual marica que en escena, transmutado en su propio fetiche, Catarsis, juega con el sexo y su cuerpo “de manera no binaria y con tintes de horror”, según ha descrito en algunas entrevistas donde ha puesto de relieve que la desinformación sexual es quizás uno de los temas más apremiantes después de las tres décadas de simulacro, los mismos 30 años de su vida, que han quedado al descubierto con el fastidio social.

“No tenemos igualdad social, nos siguen matando, violentando y marginando. El problema es la sociedad colectiva que no acepta las diferencias”, dice Donatelly, que por estos días está presentando “Ambivalencia”, su último trabajo audiovisual realizado en Perrera Arte.

-¿Cómo definirías tu arte?

-Como un mecanismo de expresión de vida donde plasmo lo que me apasiona, lo que me perturba, lo que me dicta el cuerpo, mi protesta social. Un mecanismo con el que rindo tributo a mis gustos y hago un aporte a mi descontrucción como ser humano.

-¿Cuánto tiempo llevas haciendo tu trabajo?

-Desde pequeño comencé a desarrollar mis destrezas manuales mediante la ilustración y en el teatro, gracias a pequeños cursos que tomé desde muy temprana edad en mi población, en la comuna de El Bosque. Había una sede donde tuve la oportunidad de participar en obras de teatro y bailes de moda de la época. Tenía siete años aproximadamente, ahora tengo 30 y ha sido toda una vida experimentando distintas cosas. Entremedio estudié artes gráficas y diseño gráfico.

-¿El drag queen es una estética del arte del espectáculo o es solo una expresión de las identidades transgénero?

-El drag es una práctica que la puede desarrollar cualquier ser humano, es una expresión multidisciplinaria que abarca un espectro artístico sin límites, es para todes.

-Al ver tu trabajo y, sobre todo tu aspecto físico, se me viene a la cabeza la imagen rupturista de Marilyn Manson en la época de los 90. ¿Qué te parece el trabajo estético de este músico?

-Marilyn Manson fue el primer artista que vi. Me estimuló con creces en los 90. Yo tenía 6 años cuando Manson estaba en el apogeo con su disco “Antichrist Superstar” y el tema “The Beautiful People” fue un hit mundial que hizo que este músico esté catalogado como una gran figura pop sin violar sus orígenes industriales y de rock. Eso en la industria del espectáculo me parece rupturista, ya que los medios masivos no pudieron bajarlo de su alto pedestal; su arte nutría todo su espectro: la música, la estética. El diseño gráfico y audiovisual tenía que ver el uno con el otro, eso para mí es una obra deliciosa.

-¿Qué te impulsó en tu último trabajo, “Ambivalencia”?

-Nace a partir del aislamiento en que nos obligó a vivir el Covid y todo el cambio radical que sufrimos los cuerpos como yo, que no existimos para el Estado. Me sentí violentado una vez más por la forma en cómo nos tratan: como una manada que no tiene opinión, que no importa. Ha sido vivir como en una prisión permanente. Ahí empezaron a surgir muchas preguntas con respecto a los virus y las formas con que los gobiernos nos manipulan para su beneficio. Ahí quise situarme. En lo crudo que es, en lo violento que resulta depender de fuerzas mayores, que realmente no sabes quiénes son; pero existen y recibes sus golpes sin poder defenderte.

-¿Por qué escogiste el Centro Experimental Perrera Arte para hacer esta obra?

-Porque el espíritu de la performance “Ambivalencia” es la prisión solitaria y para poder seguir con la poética desgarradora y ruidosa que me ofrecía musicalmente Dj Fracaso y el formato Hi8 MiniDV con que filmamos junto Martín Badia. La Perrera era el escenario perfecto para redondear lo que dictaba mi cerebro por su aspecto industrial y la carga histórica que tiene el lugar. Ahí se cerraba completamente lo que quiero expresar.

-¿Cómo fue la experiencia de trabajar sobre las estéticas y las obras del artista visual Antonio Becerro?

-Conocía a Antonio Becerro porque tuve la oportunidad de diseñar su portafolio en el año 2019, por lo tanto me introduje a su obra de una manera en que pude ver toda su línea de tiempo y eso me inspiró mucho. Ver como un artista transmuta su obra en diferentes formatos me fascina y ahora poder mezclar mi performance con sus instalaciones fue genial. Su toque le dio un carácter teatral que nutrió mi acting a más espectros dentro de la misma escena. Ocupamos una celda con un montón de maniquíes que representaban el pueblo y el odio al orden opresor, también ocupamos una instalación de un velorio, en el cual Catarsis entra en un sueño en las bancas, fue todo muy mágico. Será un día que no olvidaré.

Fotografías y video: Archivo Enzo Donatelly