Daniela Castillo: “Mi generación artística va despacio, pero va con fuerza”

Por Héctor Muñoz

Daniela Castillo ha expuesto principalmente en Argentina porque hace poco más de siete años tomó sus cosas y partió a estudiar gratis a Buenos Aires, donde ha instalado una especie de base de operaciones que le ha permitido empezar a moverse por el mundo, regresar sin muchos preámbulos a Chile e, incluso, volver a su lugar de origen, El Salvador, en la Región de Atacama, a más de 2.200 metros sobre el nivel del mar.

Es en este tránsito entre ambos lados de la cordillera donde nació el proyecto “Dislocar la herida”, muestra colectiva que será inaugurada este sábado 5 de noviembre en el Centro Experimental Perrera Arte, la cual, además de los trabajos textiles de Daniela Castillo, considera obras de la cineasta y escultora Caro Bloj y de la instaladora Camila Bardehle. Ellas coincidieron en 2021 en la Residencia Epecuén, realizada en Villa Epecuén, un balneario termal de la provincia de Buenos Aires que, en 1985, desapareció bajo el agua por la crecida del lago donde se emplazaba. Sin embargo, con el paso de los años, las ruinas de este pueblo han vuelto a emerger desde su fondo salado con un distinto valor turístico, estético y patrimonial, tras una serie de obras de mitigación de sus caudales afluentes, que permitieron el retroceso de las aguas.

Son precisamente estos ejes teóricos sobre ruina, memoria y territorio los que abordarán estas tres artistas nacionales en “Dislocar la herida”, una exhibición que cuenta con la curadoría del argentino Eduardo Saubidet, director de Ambos Mundos y Residencia Epecuén, y en la que Daniela Castillo presentará trabajos de sombras con hilos y una gran pieza textil de macramé.

-Daniela, ¿en qué momento y por qué decides ir a estudiar a Argentina?

-La verdad que, más que una decisión, fue un escape. Yo tenía dos trabajos en Santiago y compartía departamento con mi mejor amigo, ganaba bien, pero no tenía ninguna posibilidad de ahorra o de vivir holgada. Me angustiaba mucho lo cara que era la vida, entonces decidí irme de Chile, no sabía para dónde pero quería conocer más realidades. Al llegar a Buenos Aires me enamoré de la ciudad y de la sociedad. Participé en algunos concursos con relativo éxito y ahí me di cuenta que, a mis 32 años, podía acceder a la educación universitaria gratuita y de calidad. Ésta cuenta con diferentes horarios así que me permitía trabajar y seguir con mis estudios. Me inscribí en la Universidad Nacional de las Artes, donde tengo excelentes profesores. Por supuesto que en la educación pública se ven problemas de presupuesto y de injusticias, pero es una realidad para la sociedad entera acceder a un título universitario a cualquier edad y con ello se crea la movilidad social.

Imagen principal: Amara / Daniela Castillo / Villa Epecuén / 2021

-¿Qué paralelo podrías hacer entre las escenas artísticas de Chile y Argentina?

-En Argentina y en Chile los artistas son de excelente nivel y, como buenos latinoamericanos, con un tremendo compromiso cultural. Pero sinceramente no podría hacer paralelos entre ellas; en primer lugar, porque no conozco a fondo ninguna de las dos escenas y, por otro lado, creo que el arte y sus espacios tienen que ver con el desarrollo histórico y de época: somos reflejos de las realidades circundantes, entonces, comparar las escenas artísticas de dos países con historias tan distintas se me hace muy difícil.

-¿Cuáles son tus referencias en el arte de coser y remendar?

-Mis referentes internacionales son sin duda Chiharu Shiota y Theo Jansen, creo que ellos toman la materialidad para desarrollar un lenguaje único que logran a cabalidad. Pero por sobre todo ha sido la comprensión de la descolonización o la comprensión del arte fuera de los ejercicios hegemónicos académicos. Creo en el rescate de la alfarería, el arte textil, la orfebrería y otras expresiones artísticas latinoamericanas como lenguaje artístico, creo que es importante rescatar nuestros gestos, formas e historia para ir escribiendo nuestro desarrollo artístico con orgullo e identidad territorial.

-¿Cómo nace tu interés por estas técnicas?

-El hito fundamental de mi historia es la observación de un ejercicio muy común en la época que las cosas duraban o se hacían durar: el remendar. Este gesto tan típico de madres y abuelas que asumían la continuidad de la ropa, con una acción casi intuitiva, cociendo rápido y muy firme las prendas rotas con un punto caótico, no solo remendaban las vestiduras, sino que también mantenían la dignidad de la presentación en sociedad. Mi intención es tomar este punto de remendado para ir creando diversas emociones o momentos. El punto del remiendo para perpetuar una segundo de emoción.

-Háblanos del método que has desarrollado y qué fortalezas expresivas entrega.

-Creo que mis primeros hallazgos fueron la plasticidad de los hilos y lo poderosos y fuertes que son. El material es muy noble y me permite mucho movimiento en términos creativos, es decir, puedo trabajar en piezas pequeñas, así como en instalaciones enormes sin perder las propiedades. Yo creo que la irradiación de la técnica a otros creadores es casi algo natural, siempre pasa, somos seres que compartimos nuestros hallazgos y que nos admiramos por el desarrollo de nuevas cosas, así que sí creo que es un lugar que tiene mucho más para indagar y trabajar.

-¿Qué complejidades tiene el hilo como material?

-Curiosamente, las mismas cualidades que admiro del material me han hecho enfrentarme a complejidades importantes. Las tensiones provocadas por los hilos logran quebrar marcos y agujas, entonces hay que ir distribuyendo estas tensiones. Además, son líneas con cuerpo, así que también debo ir cuidando las saturaciones para generar bien la sensación de volumen.

-La relación de arte y política, a la que aludes en tus escritos, es ya de antigua discusión. ¿Qué particularidad tiene ese debate hoy? ¿Cómo crees que se acerca tu generación a ese tema?

-Pienso que todo acto es político, todo silencio u omisión también lo es, la forma en que nos paramos y miramos, la decisión de materialidades, el performance de trabajo es política. A veces se intenta satanizar la política con lo partidista, pero eso no corresponde, es como hablar de espiritualidad a través de religiones. Creo que el arte es propio del desarrollo humano y creo que no existe el arte totalmente impermeable en tonos políticos, por ende, estimo que no se pueden separar las cosas, pues el omitir el discurso también es un acto discursivo. La verdad es que pienso que mi generación va despacio, pero va con fuerza, hay exponentes muy potentes del desarrollo artístico sin miedo, pues creo que las posturas en la vida son eso, valientes.

-A propósito de tu obra “Nunca lloramos tanto como cuando nos quitaron los ojos”, que está disponible en la web de Perrera Arte, llama la atención el impacto que tuvo en ti, como creadora, el estallido social. ¿Por qué crees que te tocó tan hondo lo ocurrido en ese momento?

-Creo que me tocó muy de cerca, como a muchos. En primer lugar, porque yo me había ido de Chile con una sensación de injusticia social muy grande, entonces, cuando ocurrió el estallido, me sentí súper representada por el malestar, me dio mucho orgullo la capacidad de los chilenos que, aunque llenos de miedo, se levantaban para exigir sus derechos y libertades. En Buenos Aires veían el proceso con mucha admiración y nos deseaban lo mejor, pero muy pronto el gobierno de Sebastián Piñera se encargó de comenzar a mutilar nuestras esperanzas de un mundo mejor. En esos momentos yo comencé a juntar pelotas de pimpón rotas para crear una acción de arte frente a la embajada, pero el gobierno mutilaba muchísimo más rápido de lo que yo podía recopilar el material, era muy doloroso. En esos momentos vi la cara de Natalia Aravena (enfermera de 24 años víctima de trauma ocular el lunes 28 de octubre de 2019), me cautivó la energía de su mirar y la comencé a bordar. En eso me detuve.

-¿Cómo observas la forma en que ha decantado ese proceso del estallido?

-Creo que el proceso es reflejo de nuestra sociedad, con mucho miedo y rabia a la vez, con esperanzas, pero con decepciones. La desinformación de nuestra época ha horadado también nuestro pensamiento crítico. Hoy la conversación y la discusión están en extinción, dándole paso, lastimosamente, a la ultra individualización de los discursos y de las acciones.

Dislocar la herida

Castillo / Bloj / Bardehle

Qué: Inauguración de “Dislocar la herida”, muestra colectiva de Daniela Castillo, Caro Bloj y Camila Bardehle.

Curador: Eduardo Saubidet

Música: Galac

Cuándo: Sábado 5 de noviembre de 2022, a las 19.30 horas. La exposición permanecerá abierta hasta el sábado 26 de noviembre, de martes a domingo, en horario de 15 a 20 horas

Dónde: Centro Experimental Perrera Arte, Parque de los Reyes s/n, Avenida Balmaceda entre Bulnes y Cueto

Entrada liberada.