Colectivo Perrera Arte transmite su cariño a la familia y amigos del poeta Armando Uribe

Por Colectivo Perrera Arte

Hacía rato, años, que estaba esperando este momento y, al fin, ha ocurrido. El colectivo Perrera Arte transmite a los hijos del escritor Armando Uribe Arce sus condolencias y sentimientos de cariño tras la partida del poeta, abogado, ensayista y Premio Nacional de Literatura 2004, quien nos abandonó este jueves 23 de enero de 2020 a la edad de 86 años.

Hace solo unas semanas, en medio de la rebelión ciudadana, un taxista nos rebajó una carrera de cuatro mil pesos a la mitad por el solo el hecho de contarle que éramos cercanos a Uribe, quien en reiteradas ocasiones, incluso en su lecho de enfermo, nos abrió la puerta de su departamento en el Parque Forestal para múltiples proyectos, del más variado tipo y del más diverso éxito, en los que requeríamos su presencia iluminadora.

Él, fiel a sus convicciones cristianas y a la espera de la muerte en que se había declarado tras el deceso de su amada mujer, Cecilia Echeverría, siempre nos recibió con elegancia y silenciosa esperanza, y fue así como concretamos selectas grabaciones con su voz para “Las brujas de uniforme”, la intervención de un perro en fibra de vidrio de Antonio Becerro para el proyecto poblacional Pintacanes, algunos poemas inéditos para un catálogo canino y diversas entrevistas audiovisuales, no todas en circulación, para nuestra web.

Uribe, experto en derecho minero, fue piedra angular en la nacionalización del cobre y, luego, también sirviendo a los intereses populares, aceptó ser embajador el Presidente Salvador Allende en China, donde lo pilló el golpe siniestro de la derecha, que en ningún caso nubló su sabiduría y, por el contrario, más temprano que nadie, lo llevó a ponernos en alerta ante la traición concertada de quienes sabemos.

Gracias, querido Armando, por su tiempo. Gracias por sus tirones de oreja y la disposición a enseñarnos con datos, humor y rigor decimonónicos. Sabemos que parte en paz, pues, como le dijimos al taxista que nos rebajó la tarifa hasta su barrio y a diferencia de otros amigos que también se fueron en estos años, al menos vio el comienzo del estallido que tanto esperaba.

Fotografías: Andrés Gachón