Claire Morgan, la artista irlandesa que detiene el vuelo de los insectos

«No utilizo a los animales para proporcionar una narración, sino más bien para introducir un elemento de movimiento, energía o algún tipo de realidad, como la animación o interacción con las formas arquitectónicas más grandes», así describe la artista visual irlandesa Claire Morgan (1980) el sentido que para ella tiene la taxidermia, técnica que empleó desde temprano en su producción y a la que siempre vuelve, aunque no como un cuerpo visual protagónico, sino formando parte de delicadas y exactas composiciones -por lo general aéreas- armadas minuciosamente a partir de decenas, centenares, miles de hilos plásticos suspendidos en el espacio de exhibición.

Nacida en Belfast y establecida en Londres, Claire Morgan ha logrado un rápido reconocimiento por estas instalaciones que parecen detener el curso de las cosas. «Mi trabajo es acerca de nuestra relación con el resto de la naturaleza. Exploro a través de nociones de cambio, el paso del tiempo y la fugacidad de todo lo que nos rodea. Para mí, la creación de estructuras aparentemente sólidas o formas con miles de elementos suspendidos de manera individual tiene una directa relación con mi experiencia de estas fuerzas. Hay una sensación de fragilidad y falta de solidez que se transmite a través de todas las esculturas», dice la artista. «Me siento como si estuviera en algún lugar entre el movimiento y la quietud, y, por lo tanto, en la posesión de una cierta energía», agrega.

Seducida desde el comienzo por los elementos naturales y orgánicos, la artista irlandesa utiliza plumas, hojas, semillas, residuos orgánicos, trozos de distintos tipos de plástico e insectos para armar sus dibujos en el espacio, generando así arquitecturas de notable plasticidad que entran en tensión con otros elementos, como las señaladas piezas de taxidermia.

«Utilizo la suspensión de los elementos para crear algo parecido a congelar la realidad, ponerla en un marco. En algunos trabajos, los animales parecen descansar, volar o caer a través de otras formas suspendidas aparentemente sólidas. En otras obras, los insectos parecen volar en formaciones estáticas. La evidencia de la gravedad -o falta de ella- es inherente a estos escenarios: es lo que los lleva a la vida o la muerte», dice Claire Morgan, quien además tiene una importante producción de dibujos en los que mezcla fluidos orgánicos con los más diversos materiales propios de la pintura.

Si bien su eje narrativo no está en la significación propia de los elementos que dispone en escena, Claire Morgan siempre realiza un interesante contrapunto entre el conjunto de la instalación y los nombres que les da a cada una de ellas. «Los títulos son muy importantes y a menudo hacen referencia a la cultura popular histórica o contemporánea, son palabras apropiadas de los títulos de películas o libros. Estas conexiones suelen añadir un elemento cómico a la obra, un sentido de la ironía o la brusquedad que los mantiene firmemente arraigados en mi experiencia del mundo. Aunque las frases tienen una historia específica, la tensión entre el título y la forma puede traer una ambigüedad deseable», concluye la artista, que pronto, la primera semana de diciembre, se presentará en Art Basel de Miami.

Fotografías: www.claire-morgan.co.uk