Christian Koppmann: “La nueva generación de trompetistas es muy buena en Chile”

Por Héctor Muñoz

“A veces es difícil estar lejos y otras veces es una bendición”, dice casi sacando un suspiro de alivio Christian Koppmann, quien hace 18 años, buscando un mejor vivir, tomó la decisión de instalarse en Chiloé, donde encontró precisamente lo que necesitaba, un territorio fértil para porfiar, educar en la porfía y hacer música. “Asumo la distancia y lo centralizado de este país como una oportunidad de desarrollo en lo local”, dice el trompetista, quien, eso sí, agradece que en Castro exista ahora un aeropuerto que le permita salir rápido de la isla sin descuidar sus ineludibles tareas docentes.

Histórico integrante de Trifulka, una banda que intentó una especie de imposible -la fusión del jazz con la música chilota-, Christian Koppmann presentará este fin de semana en la celebración de los 27 años del Centro Experimental Perrera Arte un adelanto de “Sostenido al sur”, un disco que se encuentra en post producción y que constituye el más reciente trabajo del quinteto que lleva su nombre y que integran también Claudio Pérez, en teclados; Daniel Solís, en batería; Matías Azócar, en bajo y contrabajo, y Francisco Maldonado, en guitarra eléctrica.

-Estudiaste en Cuba con Edy Lobaina e, incluso, hiciste un tema que lleva su nombre. ¿Qué te enseñó ese maestro del repertorio sonero?

-El año 2000 viajé a Cuba en busca de un aprendizaje más profundo en la trompeta, donde conocí a mi profesor Edy Lobaina. Además de enseñarme los fundamentos y la metodología en el estudio de la trompeta, él me enseñó como desarrollar el oficio del músico en todas sus aristas, tanto en la interpretación de tu propia música como en el trabajo para otros músicos. También la arista educativa, enseñar como parte fundamental de la propia formación como músico, intérprete o compositor.

-¿Qué tiene de particular la trompeta en el son?

-La trompeta en el son juega un rol fundamental como instrumento solista y segunda voz cantante en ese estilo musical, lo que me llevó de forma natural a entender el rol de la trompeta como un instrumento que canta con un brillo propio.

-La arista educativa la tomaste bien en serio: has formado numerosas bandas y músicos en los colegios.

-Sí, desde 2006 trabajo en distintos liceos, escuelas y academias en la comuna de Castro, lo que me ha llevado a conocer a muchos jóvenes que buscan desarrollar sus habilidades y autoestima por medio de la música y, en mi caso, de la improvisación. Busco más que nada entregarles una buena experiencia en lo relativo a los talleres musicales y a su desarrollo como persona. Algunos siguieron el camino de la música con estudios superiores y otros lo atesoran como buenas experiencias de su etapa escolar. Guardo los mejores recuerdos de todos los alumnos que han pasado por mis talleres, algunos ya son músicos profesionales con los que me encuentro en los circuitos musicales de la isla y otros están insertos en sus vidas laborales. Siempre que nos encontramos hay un cariño implícito.

-¿Cómo observas el desarrollo de la trompeta en el jazz y la música popular en Chile y cómo te insertas en esa historia?

-El desarrollo es muy potente. A diferencia de mi generación, ahora existen muchas escuelas con los mejores maestros en cada instrumento, donde los jóvenes pueden explotar todo su potencial y generar redes de compañeros con los que después pueden armar bandas y proyectos. Hay una nueva generación de trompetistas muy buenos y con propuestas súper interesantes. Dentro de esa historia, creo ser un aporte más al acervo musical nacional y, en lo local, soy un referente en mi instrumento y en el estilo que desarrollo, ejemplificando el hecho que sí se puede hacer esta música desde el sur de Chile y vivir de eso.

-Trifulka fue un fenómeno bastante popular en Chiloé en su momento. ¿Cómo observas hoy aquella etapa y cuál crees que fue el aporte de esa banda a la música nacional?

-Trifulka fue un proyecto que duró diez años con el que mostramos una forma de hacer música tanto en el estilo, la fusión de jazz con música chilota, como en nuestra forma de trabajar. Grabamos tres discos de estudio, ganamos proyectos con los que hicimos giras nacionales e internacionales, filmamos videoclips e instalamos una forma más profesional de enfrentar el oficio del músico. El aporte de la banda en lo local fue mostrar una nueva forma de hacer música en la isla con temáticas contingentes y un estilo contemporáneo que hablaba del momento histórico en el que estábamos inmersos sin caer en la postal típica que se tiene de Chiloé. El aporte a la música nacional más que nada fue captar nuevas audiencias que querían escuchar algo nuevo proveniente de la isla, distinto a lo que ya todos conocían como la música chilota.

-¿Cómo ha operado la distancia, el hecho de estar lejos de los principales centros urbanos del país, en tu producción?

-El año 2004 decidí venir a vivir a Chiloé en busca de una mejor calidad de vida. Al llegar acá, me di cuenta de que había un nicho en la música que no estaba desarrollado y ese fue el camino que tomé y en el que estoy hasta ahora, asumiendo la distancia y lo centralizado de este país más que como algo malo como una oportunidad de desarrollo en lo local. Cuando me vine, ya tenía el primer disco editado de mi quinteto, titulado “Anacoreta” (2002), y varios años de experiencia en el circuito en Santiago y la zona central. Acá en Chiloé grabé tres discos con Trifulka más un compilado de bandas locales. También grabé el disco debut del ensamble Patrimonio Surgente del pianista Claudio Pérez, además de dos discos posteriores de mi quinteto: “Otro imaginario” (2017) y “Sostenido al sur” (2022). Varios de estos discos fueron grabados por medio de proyectos del Fondo de la Música como también de manera independiente. A veces es difícil estar lejos y otras veces es una bendición, pero al final del día agradezco haber tomado la decisión de estar acá.

-¿Cómo es la escena de la música en la isla y cuál es tu circuito habitual?

-Hoy es muy variada. Existe una nueva generación de músicos con propuestas que no se enmarcan en la tradición de la música chilota, lo que hace que el circuito musical se enriquezca mucho: hay bandas de rock, psicodelia, reggae, jazz, neo folclor, pop y muchos otros estilos con una búsqueda original y en vías de profesionalizarse. Mi circuito es local, en la isla; regional, este año estuve por ejemplo en el Festival de Jazz de Puerto Montt, y también nacional, principalmente en Valparaíso y Santiago. Con el aeropuerto en Castro tengo la posibilidad de moverme a tocar a distintas partes del país sin afectar mis compromisos laborales como profesor durante la semana.

-¿Cuál es el proyecto más ambicioso de Christian Koppmann?

-En este momento mi objetivo más ambicioso es generar una nueva audiencia para mi trabajo, teniendo en cuenta que con la pandemia se provocó un quiebre en la afluencia de público a los eventos presenciales. Mi objetivo principal es consolidarme como un músico local, regional e internacional, todo llevado a cabo desde el sur del país.

-¿Qué escuchará el público que los verá en Perrera Arte?

-El concierto que llevaremos a la Perrera está compuesto por la música de nuestro último disco, “Sostenido al sur”, que fue grabado en octubre de este año y que está en proceso de post producción y del disco “Otro imaginario”. En el show nos acompañará en dos temas el MC Vórtice Temporal, ya que en nuestro último trabajo hemos tenido una colaboración con un rapero local, lo que nos da pie para generar estos cruces con distintos raperos de los lugares a los que vamos a tocar, lo que genera colaboraciones virtuosas, abriendo espacios a nuevos exponentes en un lenguaje en común para todos: la improvisación. Él ya estuvo rapeando con nosotros a principios de diciembre en un concierto que dimos en el auditorio de la radio Valentín Letelier en Valparaíso.

27 años Perrera Arte

Cuándo: Sábado 17 y domingo 18 de diciembre de 2022, desde las 18.30 horas

Dónde: Espacio Perrera Arte, Parque de los Reyes s/n, Avenida Balmaceda entre Bulnes y Cueto

Entrada gratuita: Pulseras de cortesía en librería La Tienda Nacional, Merced 369, barrio Lastarria, y en la Disquería Chilena, Avenida Providencia 1478

Programación sabatina

Código Abierto, rap y música instrumental

Luka Brass, quinteto de bronces

4to de Luz, jazz, sonido experimental

Christian Koppmann Quinteto, jazz, son, improvisaciones con rap