Caro Bloj: “Defiendo hacer esculturas y monumentos públicos en cerámica”

Por Héctor Muñoz

Caro Bloj disfruta las dualidades porque, según advierte, en sus contrastes generan un equilibrio propio de su naturaleza. Por eso ha cultivado de preferencia dos disciplinas en apariencia disímiles: la escultura en cerámica y el cine, expresiones que le han permitido captar de distinto modo el peso de las cosas y el valor de su representación en geografías diversas como Juan Fernández, Batuco, La Serena, Tortel, Tierra del Fuego, Lyon (Francia), Ushuaia (Argentina) y San Antonio de los Baños (Cuba), hasta donde ha llegado con su cámara y sus obras públicas de respetable formato y resistencia.

Para la muestra colectiva “Dislocar la herida”, que presentará desde este sábado 5 de noviembre en Perrera Arte junto a Daniela Castillo y Camila Bardehle, Bloj recurrió a uno de sus íconos, el ser que nada, y no resistió la tentación de hacer una quema abierta de su escultura principal, un hombre azul en pleno piquero, para ver cómo avanzaban las llamas y cómo el calor laceraba la arcilla. “A mí la quema me produce humildad”, confiesa, otorgándole al fuego la mitad de la responsabilidad en sus trabajos cerámicos.

La citada obra, que lleva por título “Que en él se disuelva”, está relacionada con la película “Sincronía”, que Bloj espera estrenar en 2023, pero también se conecta con la residencia que realizó el año pasado junto a Castillo y Bardehle en Villa Epecuén, el pueblo termal argentino que se hundió bajo el agua salada en 1985 por variadas negligencias y que ahora ha salido del fondo testimoniando su ruina. Ahí nació la idea de la muestra “Dislocar la herida” porque, al decir de las expositoras, Perrera Arte tiene mucho de aquello en pleno centro de Santiago y al lado del río Mapocho.

-Caro, ¿cómo describirías a grandes rasgos el proceso de una escultura en cerámica?

-La escultura cerámica es un lenguaje que te hace experimentar la geología desde el origen de la tierra a la roca. La arcilla no te permite que la apures ni que la olvides, o pierdes el trabajo. Te obliga a tener constancia y paciencia, a oler el barro y te domestica a su propio tiempo. Luego viene la quema, que es como un pequeño volcán que nos hace vivir las transformaciones del fuego. A diferencia de otros materiales, como el bronce, la resina, etcétera, el ceramista trabaja siempre la misma pieza, sin traspasos; la escultura cerámica que sale del horno es la misma arcilla transformada por el fuego. A mí la quema me produce humildad. Una parte de la pieza la hago yo y la otra la hace el fuego, somos manos distintas que esculpen. Y, cuando la pieza sale del horno, siempre me sorprende; la quema es dinámica, es viva.

-A propósito de tu obra “Islas húmedas”, en Tortel, tú destacas la resistencia de la cerámica como material. Háblanos de esa conclusión y qué evidencias te sorprenden.

-Yo siempre he buscado cambiar el estigma de la cerámica como un material frágil y descartable. La cerámica es noble; hay obras cerámicas que permanecen intactas desde la época precolombina, incluso desde los egipcios hasta nuestros días, porque la cerámica tiene características de resistencia notables y es un arte que merece tener su lugar destacado. Yo defiendo hacer esculturas, instalaciones y monumentos públicos en cerámica, prueba de esto es mi trabajo realizado en Tortel, Patagonia chilena, donde se vive uno de los climas más intensos del mundo. Las maderas que cargan los personajes van envejeciendo con el tiempo, sin embargo, las esculturas gres “Islas húmedas” están inmutables doce años después, a pesar de los intensos vientos, nieves y lluvias.

Uno de tus proyectos de más largo alcance es Mitos Vivos. Cuéntanos cómo ha sido ese recorrido desde Tierra del Fuego a Francia.

-Mitos Vivos no es un proyecto, es mi marca, es desde donde yo me muevo para generar proyectos culturales con empresas o instituciones, producciones cinematográficas y ediciones. Todas estas instancias se trabajan en equipo y ese equipo, que es dinámico y cambiante, se llama Mitos Vivos. Esta marca ha hecho que me anime a hacer proyectos más grandes, que incluyan espacios diversos, extremos, de largo alcance, como es ahora mi segunda película, “Sincronía”, un largometraje documental que ha abarcado años de mi vida y que cruza mi obra personal. El cine y la escultura se retroalimentan entre sí, una es el motor de la otra y lo que verán en Perrera Arte tiene mucho que ver con la película que está actualmente en post producción y que espero estrenar durante 2023.

-Aunque el dibujo no aparece en tus obras, por lo que vi al pasar en una croquera de tu taller, pareciera que está muy en la base de todo el trabajo posterior. ¿Cómo es esa relación del dibujo con el resto de las disciplinas en que has incursionado?

-Es verdad, yo no hago bocetos de las obras que voy a hacer en un dibujo, el boceto de mis esculturas grandes siempre son esculturas pequeñas, en las obras pequeñas está toda la experimentación en busca de un gesto preciso que más tarde buscaré rescatar en las esculturas grandes. El dibujo es previo, me ayuda a buscar y encontrar lo que me interesa en terreno, lo que buscaré hacer más tarde en mi taller. A veces me parece un gesto muy parecido a filmar; son instrumentos de observación, me hacen ver las cosas desde un punto de vista, desde el gesto, desde detener la mirada en una persona, en un lugar y absorberlo, capturarlo, hasta de alguna forma entender su humanidad y su naturaleza. Uno literalmente “se detiene” a dibujar -o filmar- el acto de una persona en un espacio específico o la corriente del agua, y nada de lo que pasa fuera de esa burbuja cabe en ti en ese momento.

-Tienes ya un buen y variado recorrido. ¿Cómo describirías tu proceso de inserción en el arte?

-Siento que siempre estoy empezando, esa sensación es desafiante y a la vez frustrante.

-Una de las obras que presentas en Perrera Arte bien puede ser leída como una invitación al piquero. ¿Por qué habría que zambullirse hoy?

-La obra “Que en él se disuelva” representa un hombre azul en pleno acto de sumergirse en el agua. Esta obra tiene relación con mi película “Sincronía”, que habla de dos nadadoras que experimentan la dualidad del agua, que puede ser tanto un espacio de refugio como de muerte. Sin embargo, el título de esta obra alude a una expresión que escuché en Cuba; cuando hay una tensión en un ambiente y algo se rompe, un collar o una taza, dicen “que en él se disuelva”, digamos que es una forma de hacer escapar la pena, la rabia, la herida. La escultura habla de atrever a lanzarse, a dejarse caer, para experimentar el vuelo, el nado, el goce, pero también habla del vértigo, de lo desconocido y de lo que nos aterra, nos congela, no nos permite avanzar por miedo, por no salir del confort de nuestra forma de pararnos en el mundo. Esta inmersión, este sumergirnos habla de ese momento cuando uno ya se lanzó, con todo ese vértigo en el cuerpo. Ya es sin retorno, esperando abrirse a un nuevo mundo que te cambiará inevitablemente para siempre.

-La suerte está echada.

-Justo antes me preguntabas por la resistencia de la cerámica y yo te destacaba lo fuerte y permanente que es; he trabajado y confirmado que efectivamente es así por años. Ahora bien, con esta escultura me metí a experimentar su fragilidad, hice una quema abierta, donde en su momento de mayor vulnerabilidad abrí para observarla. Es una escultura herida, ruinosa. Atravesada por una explosión en el pecho. Aporreado como está el hombre azul, sigue en pie; aunque invertido, sigue en pie. Refleja el atrevimiento de lanzarse a volar con alas propias, pero también el dolor que conlleva, lo difícil que es, las implicancias que tiene, el sacrificio. Y al final, muchos de esos anhelos quedan ahí, disueltos, como un simple reflejo en el agua o en el fuego.

Imagen principal: Las penas se curan con agua salada / Caro Bloj / Villa Epecuén, Argentina / 2021

Dislocar

Bloj / Castillo / Bardehle

Qué: Inauguración de “Dislocar la herida”, muestra colectiva de Caro Bloj, Daniela Castillo y Camila Bardehle

Curador: Eduardo Saubidet

Música: Galac

Cuándo: Sábado 5 de noviembre de 2022, a las 19.30 horas. La exposición permanecerá abierta hasta el sábado 26 de noviembre, de martes a domingo, en horario de 15 a 20 horas

Dónde: Centro Experimental Perrera Arte, Parque de los Reyes s/n, Avenida Balmaceda entre Bulnes y Cueto

Entrada liberada.