Carlos Cabezas: “Me siento en una especie de segundo aire, de tercer aire”

Por Revista Córtela

“La música me ha hecho mejor persona, me ha servido para navegar por todas las trampas que te pone la vida”, dice Carlos Cabezas, quien este viernes, tal como ocurrió en la primera versión de L’Arts, volverá a estar en la apertura del Segundo Encuentro Internacional de las Artes, la muestra con que la Perrera Arte celebra sus 21 años de vida, su mayoría de edad. A diferencia de 2015, el músico ya no tendrá al lado a su eterno socio Silvio Paredes y el bajo de Electrodomésticos quedará a resguardo de Sebastián Muñoz, de Como Asesinar a Felipes, quien trae un nuevo pulso a la legendaria banda. “Me siento en una especie de segundo aire, tercer aire, todo me resulta más fácil. Del 2010 hasta ahora he hecho seis discos -como solista y con los Electro– y no podría pensar en jubilarme”, dice Cabezas, el programador de vuelos que en los años 80 le dio un giro a la música chilena.

-Ustedes fueron precursores en cuanto al uso de la tecnología musical y la electrónica en Chile. Ahora que está al acceso de todos y que cualquiera puede aprender a usar programas para generar sonidos raros y distintos, ¿cómo enfrenta Electrodomésticos el desafío de seguir experimentando en una escena electrónica donde cada vez es más difícil distinguirse?

-En los 80 había una intuición, media visceral, de hacer algo totalmente distinto a lo que se estaba haciendo por una especie de rechazo a todo lo que nos había conducido al estado en que estábamos. Intuitivamente buscaba un lenguaje totalmente distinto al Canto Nuevo y la canción protesta. Además la tecnología nos ayudaba a suplir las carencias que teníamos en términos de destrezas musicales, porque teníamos las ganas, pero no éramos particularmente talentosos. La tecnología ahora es más doméstica, pero la facilidad de herramientas no necesariamente significa que hacer música o tener buenas ideas artísticas que expresar sea más fácil. Igual tienes que tener un cuento propio, un relato, algo que decir; tienes que tener experiencias de vida que hagan que tu trabajo artístico tenga algún sentido.

-¿Cómo esas experiencias de vida se vuelcan en un trabajo final más fermentado y elaborado?

-Para mí el disco «Se caiga el cielo» viene a fusionar todas estas experiencias de vida. El Silvio (Paredes) por su lado, y yo por el mío, hicimos discos muy distintos en el tiempo en que estuvimos separados. Yo me he paseado por covers, boleros, discos de mantras. Y ahora que escucho este trabajo, veo que hay un poco de todo eso.

-¿Cómo los músicos con trayectoria pueden, a pesar de los años, mantenerse vigentes sin aburrir ni repetir las mismas fórmulas?

-Es una pregunta que no es fácil de responder. Con los Electrodomésticos el tema de la nostalgia es un asunto que todo el rato te tiran encima, es algo que les achacan a los ochenteros constantemente. A mí me causa una leve reacción eso y trato de alejarme. Naturalmente yo tengo mucho respeto por lo que paso en los 80 y hay generaciones que tienen esa música en su trayectoria vital-emocional, entonces es súper importante para ellos y se valora eso, pero yo no concibo los trabajos artísticos en los que te quedas pegado, porque trabajar en música, y en el arte en general, es algo que te da una energía vital diaria para hacer cosas porque es un lugar súper inhóspito para trabajar. Estás en los márgenes de la sociedad, sobre todo cuando eres más viejo y quieres más estabilidad, estar más tranquilo. Y si pierdes esas ganas, esa capacidad de asombro, te quedas paralizado. Yo no me veo en ese estado porque es como perder el impulso vital que hace que haga lo que hago, que hace que tenga ganas de levantarme todos los días temprano. Yo he escuchado a mucha gente que dice: “Pucha, nosotros hicimos todo lo que había que hacer, ya compusimos todo lo que había que componer”. ¡Y la última canción fue hace 30 años! Eso yo no lo entiendo.

-¿Podrías dejar de hacer música?

-No, porque es como convertirte en funcionario de lo que ya hiciste, ¿cachai? No puedo, no sé cómo se puede vivir así. El trabajo artístico te mantiene en una óptica, en términos sociales y humanos, que es terapéutica, que te hace reciclar muchas de las intensidades emocionales que tienes en la vida: tu trayectoria, tus hijos, tienes otra sensibilidad con lo que está pasando. Te da una fuerza y una capacidad para hacer cosas que solamente vienen de ese tipo de experiencias. La música me ha hecho mejor persona, me ha servido para navegar por todas las trampas que te pone la vida. Me siento en una especie de segundo aire, tercer aire, no sé, pero todo me resulta más fácil. Del 2010 hasta ahora he hecho seis discos, por ejemplo. No podría pensar en jubilarme, no es una opción.

-Estás como en un éxtasis.

-Claro, como levantarse más temprano para beber más alcohol. Es una sensación así y lo único que quiero es componer todo el rato, siento que valoro el tiempo de otra manera, me carga perder el tiempo en…

-En entrevistas…

-No, no (ríe). Pero estoy como con una energía bien potente, con ganas de hacer, nada me detiene.

-Como consejero de la música en el Consejo de la Cultura, ¿crees que se está formando una escena musical interesante y distinta en Chile?

-Acá como que tenemos hartos problemas para darnos cuenta de lo que hay, ¿cuántas veces nos ha pasado que viene a soplarnos un diario extranjero que hay una escena musical acá? Entonces es como ya, qué vergüenza, nos tienen que venir a contar lo que está pasando acá. Un poco más de dignidad entre nosotros, ¿cachai? Falta valorarnos un poco más, ser capaz de escuchar lo que hacen tus compañeros músicos, aunque sean de otro estilo.

-¿Hay músicos que actualmente te llamen la atención?

-Lo malo es que no retengo muchos nombres, pero cuando me tocó evaluar algunos músicos de Pulsar, vi que había propuestas distintas, la gente se atreve a cualquier cosa ahora. Y, lo otro, es que tampoco tienen esos niveles de seriedad y de gravedad que estuvieron impuestos en el arte por mucho tiempo, cuando tenías que hacer algo fundamental para la humanidad al momento de componer, sino que es mucho más doméstico, puedes componer sobre cualquier tema por liviano que sea. Se le está quitando esa cosa, aunque el hip-hop sigue siendo medio mesiánico, ¿no?

-¿Hay algún músico joven con el que te gustaría tocar?

-Con la Camila Moreno me encantaría hacer algo. Ah, y el otro día toqué con los CAF (Como Asesinar a Felipes), o sea me invitaron a hacer una canción. De hecho el Sebastián ahora es nuestro bajista en los Electrodomésticos. Lo escogimos a él, el Silvio lo escogió entre todos. Y con él vamos a tocar ahora en la Perrera y en la Batuta al día siguiente. Y con el batero estamos haciendo otro proyecto, pero no quiero hablar de eso ahora.

-¿Qué mostrarán en la Perrera?

-Vamos a presentar dos temas nuevos, que van a ser parte del disco y que ya tocamos en el Teatro Municipal. Lo más relevante es que es la primera tocata en que va a estar el Seba, de los Felipes, como nuestro nuevo bajista, entonces estamos levantando la cosa con él. Hemos ensayado y está funcionando súper bien y vamos a intentar tocar un tema nuevo que nunca hemos tocado, que se llama… Ya no me acuerdo, pero lo compusimos todos.

Fotografías: Gonzalo Goya