Ai Weiwei: «Como artista, estoy relacionado con las luchas de la humanidad»

Si alguien imaginó que el disidente chino Ai Weiwei salió de su país para hacer negocios, para vender jarrones y cuadros, como insinuaron repetidas veces los burócratas que retuvieron durante cuatro años su pasaporte, de seguro se equivocó. Durante estos días de cambio de año, luego de haber inaugurado numerosas muestras en muy corto tiempo en diversas ciudades de Europa, el artista visual se trasladó a la isla griega de Lesbos para abrir un taller en la primera línea de la más urgente de las catástrofes humanitarias de la actualidad: la crisis de los refugiados originada por los conflictos armados en Siria y otras regiones del Cercano Oriente.

Esta isla ubicada en el mar Egeo se ha transformado en uno de los principales puntos de llegada de los emigrantes -en su mayoría sirios, aunque también iraquíes y afganos- que tratan de entrar a la Unión Europea provenientes de las costas de Turquía. Las cifras no son menores y se estima que, solo en este punto, alcanzan a unos 800 mil refugiados.

Provisto de su cámara digital y ya sin las restricciones de conexión que le imponían en su país natal, Ai Weiwei ha ido retratando este proceso desde que llegó a Lesbos y su cuenta de Instagram, que antes se caracterizaba por las abundantes fotos de su vida cotidiana y familiar en China, ha mutado a una especie de bitácora de guerra.

“Como artista, tengo que estar relacionado con las luchas de la humanidad. Nunca separo estas situaciones de mi arte”, dijo Ai Weiwei al presentar su proyecto de un taller en el que trabajarán jóvenes de diversas nacionalidades en la búsqueda de soluciones in situ para los refugiados.

Ai Weiwei dijo que las crisis migratorias no son nuevas en el mundo, pero advirtió que “en este momento están tomado dimensiones históricas. Este tipo de situaciones no podemos permitirlas en el siglo XXI. Entre todos tenemos que ayudar a los refugiados a conseguir un nuevo futuro”, enfatizó.

El artista visual agradeció la disposición que ha habido en Lesbos para acoger transitoriamente a estos refugiados, que hace un par de meses estaban llegando en número de cinco mil personas diarias, flujo que en la actualidad se ha reducido a unos 3.500, no porque se haya detenido la oleada migratoria o hubiese bajado la intensidad del conflicto bélico, sino porque las condiciones climáticas han hecho más difícil la navegación en la zona.

“La frontera no está en Lesbos, sino en nuestras mentes y en nuestros corazones”, dijo Ai Weiwei, quien además propuso el diseño y levantamiento de un memorial, “porque un montón de personas han perdido su vida bajo las olas”.

Fotografías: Instagram